¿Por qué tu perro no debería comer con el plato sobre el suelo?

Alimentar a nuestros perros va más allá de ofrecerles un alimento saludable y balanceado: también importa cómo y desde dónde comen. La posición del plato y el diseño de su comedero influyen directamente en la digestión... y también la postura podría repercutir en la salud a largo plazo de tu compañero de cuatro patas.

La importancia de la elevación del plato

No sé si te has fijado, pero cuando el plato está en el suelo, tu perro debe inclinarse demasiado para alcanzar la comida. Esto puede parecer natural, pero en realidad genera tensión en el cuello, la espalda y las articulaciones delanteras. Si pasa esporádicamente, no hay problema; sin embargo, con el tiempo, esta postura puede ser incómoda, sobre todo en perros de edad avanzada, razas grandes o aquellos con problemas articulares.

Por lo anterior, es recomendado elevar ligeramente el plato. Con esto:

• Se favorece una postura más ergonómica, con el cuello y la columna en una posición más neutra.
  

• Se reduce la ingesta excesiva de aire, lo que disminuye el riesgo de gases y malestar digestivo.
  

• Se facilita la alimentación en perros con artritis, displasia o movilidad reducida, haciendo de la comida un momento más cómodo y seguro.
  
  

¿Qué tan alto debe estar el plato?

No se trata de elevarlo demasiado, sino de lograr que el perro pueda comer manteniendo su cuello recto y relajado. Una regla práctica es que el borde del plato quede a la altura de su pecho.

• Perros pequeños: 5 a 10 cm de elevación suelen ser suficientes.
  

• Perros medianos: entre 15 y 25 cm.
  

• Perros grandes: pueden requerir 30 cm o más.
  

Lo ideal es observar a tu perro y ajustar hasta encontrar la posición más cómoda.

Ojo: el tamaño y fondo del plato también importan

Además de la altura, el plato en sí debe adaptarse a las características del perro:

• Tamaño adecuado: el plato debe permitir que la cabeza del perro entre cómodamente sin obligarlo a abrir demasiado las mandíbulas ni provocar derrames.
  

• Fondo del plato: uno demasiado profundo puede incomodar a razas de hocico corto (como bulldogs o pugs), mientras que uno muy plano puede no contener bien el alimento o el agua. Un fondo medio, ligeramente curvado, suele ser la mejor opción.
  

• Materiales seguros: acero inoxidable o cerámica son preferibles, ya que son higiénicos, fáciles de limpiar y no retienen olores.
  
  

Una inversión en bienestar

Pequeños cambios en la rutina diaria pueden marcar la diferencia en la calidad de vida de tu más fiel amigo. Elevar el plato y escoger el tamaño y diseño correcto no solo facilita la hora de comer, sino que también previene problemas digestivos y posturales.

En Wankün creemos que la alimentación natural y saludable va de la mano con hábitos conscientes. Así como cuidamos cada ingrediente de nuestras recetas, también recomendamos prestar atención al entorno y la experiencia de alimentación de tu perro. Porque su bienestar depende de cada detalle.